Entre las características más apreciadas de los gatos está su afán constante por estar “limpios”, de modo que dedican una gran parte del tiempo que pasan despiertos a atusarse.
Este hábito higiénico tan felino sirve para mantener en perfecto estado la piel y el pelo, así como para evitar la presencia de parásitos externos y a eliminar calor (cuando el clima es cálido) al humedecer el pelo.
No obstante, el atusado también se observa entre distintos gatos, por ejemplo, de la madre hacia los gatitos y entre gatos adultos como una demostración de pertenencia al mismo grupo social.
Otra función del lamido es la de aliviar la tensión y la ansiedad, de modo que cuando un gato se asusta o se estresa por algún motivo es muy habitual que se atuse inmediatamente.
Para atusarse, los gatos utilizan la lengua, pero la pueden utilizar de dos maneras: directamente e indirectamente. Cuando el gato se atusa directamente, lame secuencialmente su piel y para ello adopta las posturas más inverosímiles. Cuando el gato se atusa indirectamente, humedece sus patas delanteras o traseras pasando varias veces la lengua por ellas y luego usa esa extremidad humedecida para lavarse las zonas del cuerpo a las que no puede acceder directamente con la lengua, como son la cabeza y el cuello.
Los gatos dedican unas tres horas al día a atusarse, lo que supone gran parte del tiempo que están despiertos. Sin embargo, cuando este tiempo se reduce o se incrementa significativamente puede que el gato esté padeciendo algún trastorno, sea una enfermedad o estrés.
Así, cuando un gato está enfermo suele dedicar menos de lo habitual a lamerse. Por ello, ante un pelo sin brillo, con mechones o nudos debidos a una falta de atusado propio, hay que llevarlo al veterinario para que valore la causa.
En cambio, cuando el lamido es tan constante que ocasiona pérdida de pelo en distintas partes del cuerpo, lo más probable es que esté sufriendo un alto nivel de estrés.
Aun así, el estrés puede estar ocasionado por el padecimiento de una enfermedad, por ello, ante cualquier alteración de los hábitos de atusado de nuestro gato, debemos acudir al veterinario.
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