Eulalia de Abaitua y Allende-Salazar, pionera de la fotografía en el Bilbao de 1900.
Eulalia Abaitua nació en Bilbao el 25 de enero de 1853, y fue bautizada con el nombre de María Elvira Juliana, pero su madre murió al poco de este alumbramiento y la familia comenzó a llamarle Eulalia en memoria de su progenitora.
Su padre, Luis de Abaitua y Adaro, comerciante bilbaíno, tuvo que contratar una nodriza que se hiciera cargo de ella y de su hermano mayor, Felipe.
Eulalia Abaitua cursó estudios en el barcelonés colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Sarriá, pero nada podemos aportar al respecto ya que los archivos de esa institución fueron destruidos en la guerra civil española.
En 1871 la familia Abaitua vivía en una casa del distrito de Everton, en la ciudad de Liverpool y será allí donde Eulalia se case con el ingeniero civil Juan Narciso de Olano y Picavea de Lesaca.
En torno a 1878 el matrimonio regresará a las tierras vascas instalándose en la que fuera Anteiglesia de Begoña, anexionada a Bilbao a partir del 1º de enero de 1925. Allí construyeron su residencia, conocida como el Palacio del Pino, junto a la basílica de Begoña. Este chalet, de marcado estilo inglés, lo levantaron y decoraron con materiales y mobiliario importados de Inglaterra.
Eulalia Abaitua Allende Salazar fotografiada por Ch.Reutlinger.
En 1909 se registra la muerte de su esposo. En 1941 Eulalia se trasladó a un piso de la calle Gran Vía de Bilbao, para morir dos años más tarde, el 16 de septiembre de 1943. Eulalia Abaitua descansa en paz en el panteón familiar Olano-Abaitua, en el cementerio de Begoña.
Eulalia Abaitua, hasta el momento, es la primera fotógrafa de la que tenemos referencia en el País Vasco. Para 1900 dominaba perfectamente la técnica fotográfica y sabía qué quería de este arte. Las pruebas son irrefutables: su archivo de imágenes conservado en el Museo Vasco de Bilbao.
Instaló en el sótano de su casa un laboratorio fotográfico siendo su material preferido las placas estereoscópicas de vidrio, tanto positivas como negativas, en formato 4,7 x 10,7cm y emulsión de gelatinobromuro, pero también trabajó con otros formatos.
El programa de contenidos que atrajo la mirada de esta genial mujer fueron las personas sencillas, humildes y casi siempre anónimas. Su labor fue pionera y ya en 1990, cuando el Museo Vasco de Bilbao hizo la primera presentación pública de sus imágenes, Alberto Shommer apuntó que Eulalia Abaitua era «un ojo sensible que ama a su pueblo y se dedica a interpretarlo (...) es una auténtica reporter», su obra «de una gran pureza morfológica y etnográfica» y su arte el de «componer con extrema naturalidad».
De la colección de imágenes conservadas en el Museo Vasco de Bilbao podemos distinguir tres grandes temáticas: la vida privada, los mundos tradicional y urbano y los viajes. El primer bloque se refiere a imágenes de la familia en su casa, el Palacio del Pino, donde Eulalia desarrolló este temario generando una gran variedad de instantáneas. Los protagonistas eran sus familiares y para estos retratos Eulalia buscaba composiciones diferentes, incluso preparaba escenarios y no dudaba en pedirles que se disfrazaran para una sesión especial.
En el segundo bloque engloba desde la arquitectura al paisaje o el urbanismo, que resultan absolutamente circunstanciales aunque se pueden encontrar muy buenos elementos, hasta los ambientes donde los protagonistas se nos presentan de frente, perfil, sentados o de pie, junto a la puerta de casa, en la fuente o lavando en el río, en la plaza, la iglesia, de charla o trabajando, fumando, en el puesto del mercado, solos o en grupo... mostrándonos un mundo real que hoy, desaparecido, es recuerdo certero.
Por su número cabe resaltar las fotografías realizadas en la villa de Bilbao y las márgenes de la ría (Sestao, Portugalete, Santurtzi, Las Arenas, Algorta). Lekeitio, Mundaka, Ondarroa, San Sebastián, Santoña... serán otros destinos costeros consultables en este archivo. Tuvo, además, dos lugares predilectos: el valle de Arratia y la anteiglesia de Begoña de los que nos ha legado imágenes cuyo valor documental es único.
El tercer bloque, el de los viajes, se encuentra en fase de catalogación.
Las imágenes que de Eulalia Abaitua se conservan en el Museo Vasco de Bilbao fueron adquiridas por esta Institución a los descendientes directos de esta fotógrafa amateur. Un recuento somero de los materiales en vidrio arroja la cifra de algo más de 2.500 unidades, estando consultables 1.369, a través de fichas y copias positivas de 15 x 15 cm.
El Museo ha realizado hasta la fecha cinco exposiciones temporales con imágenes seleccionadas de esta autora. Las exhibiciones han contado con su correspondiente catálogo donde se reproducen todas las fotografías que formaron parte de cada muestra, siendo su relación cronológica la siguiente: Gure Aurreko Andrak / Mujeres Vascas de Ayer, 1990. Kresalibaia behinolako irudiak / La Ría imágenes de otro tiempo, 1991. Senitartea / La Familia, 1994. Lehenagokoen begiratuak / Miradas del pasado, 1998. Begoña 1900.Errepublika eta Santutegia / República y Santuario, 2005.
El Museo Vasco de Bilbao ha colaborado en la difusión de la obra de Eulalia Abaitua prestando temporalmente algunas de estas exposiciones.
Es un hecho inusual que el trabajo de una fotógrafa aficionada de principios del siglo XX sea mencionado por sus contemporáneos. Sin embargo, Arístides de Artiñano y Zuricalday, en su obra Reseña de las fiestas de Elorrio en honor del Beato Valentín de Berrio-ochoa obispo y mártir, editada en Bilbao por Elespuru Hermanos en 1906, reproduce una serie de fotografías a las que les acompaña el siguiente pie «(...) Fotografía de la Sra. de Olano».
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