Tradición.
En la fiesta de Alban heruin, los antiguos celtas celebraban que el Sol alcanzaba su plenitud, encendiendo hogueras con el fin de atraer su poder, su calor y su luz. Y desde entonces se sigue celebrando al Sol en todo el mundo, aunque en vez del día 20 de junio (solsticio) se haga cada víspera del 24, día de San Juan, pues la fiesta cristiana sustituyó a los cultos solares paganos.
Las hogueras.
Para quemar las cosas viejas e inservibles de nuestra vida.
Antiguamente se aprovechaba para quemar la ropa o incluso muebles de la casa, pero hoy nos basta con que sea un gesto simbólico. Podemos encender una hoguera en el jardín o la playa, en la chimenea de casa, la barbacoa o, incluso, puede bastar con una vela. Escribimos en un papel aquello de lo que queramos deshacernos para siempre (pueden ser varias cosas) y lo quemamos en ese fuego. Pero, además, debemos saltar las hogueras, pues este gesto tiene también un significado relacionado con atraer la fortuna, la salud y, especialmente, el amor.
La tradición dice que quien salta una hoguera en la Noche de San Juan adquiere fuerza y se protege contra las enfermedades; y que saltarla nueve veces seguidas da buena suerte.
Las plantas.
Para encontrar un nuevo amor o conservar el que tenemos.
Una de las costumbres que dio a esta festividad el nombre de `verbena de san Juan´está precisamente relacionada con el amor. Y es que , en algunos lugares, las mozas casaderas solían recoger verbena a las 12 de la noche de la víspera de la festividad, con la creencia de que así conseguirían ser amadas. Con esta planta se realizaban luego conjuros, ritos o filtros de amor. Otras plantas poderosas como amuleto, si se recogen esta noche antes de que salga el sol, son la artemisa o hierba se san Juan (combate el agotamiento y la fatiga) y la achicoria (abre puertas y protege de la mala suerte).
El agua.
Para quitarnos de encima las malas energías.
El igual que el fuego, el agua es símbolo de purificación y en san Juan se recoge agua (río, lago, fuente, mar...), para lavarnos con ella y eliminar la mala energía del cuerpo. También podemos bañarnos directamente en la fuente de agua. De hecho, en Galicia existe la costumbre de meterse en el mar al dar las 12 de la noche del 23 de junio para recibir nueve olas, portadoras de salud y fertilidad. Por otro lado, se cree también que frotarse los ojos con las gotas de rocío la madrugada del 24 de junio aleja el mal de ojo y protege contra las desgracias. Ese rocío revitaliza y rejuvenece; por eso, en Asturias es costumbre rodar sobre la hierba húmeda de la mañana.
Sin malos humos.
Es el momento de actuar, de emprender proyectos, de lanzarse y de arriesgarse, pero antes debemos eliminar de nuestra vida los lastres y regenerar las energías que nos rodean. Para esto último es bueno recoger hierbas y sahumar con ellas la casa o los lugares en los que pasemos mucho tiempo. Además en san Juan se suele quemar albahaca, una planta con doble significado. Por un lado, representa el odio y por otro el amor. Debemos recogerla esa noche, quemar unas pocas hojas para librarnos de la inquina de alguien y guardar otras tantas como amuleto de amor.
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