
Después de allí fue con mi prima política a comer a un restaurante italiano que está justo al lado, llamado Gianni.
La estética del lugar es hogareña y clásica. La primera imagen es la impresión de comida casera.
Tienen una cartas con bastante variedad de entrantes y segundos platos de comida típica italiana.
De primero para compartir nos pedimos una ensalada, disculpadme que apunté los nombres y no lo recuerdo, pero llevaba salmón, cangrejo, alcaparras y aguacate. Una combinación deliciosa que me apunté mentalmente para prepararla en casa. Muy buena.
Mi compañera de cena se pidió canelones y yo lasaña. Ummm ¿a quién no le gusta la lasaña? pues la mía ya os digo que estaba buenísima.
Se notaba perfectamente en el trabajo casero del cocinado. La pasta, el relleno y todo buenísimo.
Una comida para disfrutar sin prisas.
En cualquier comida o cena hay que dejar sitio para el postre, soy una golosa.
Mi compañera se pidió una tarta de queso con fresa y yo un riquísimo tiramisú. Nuevamente casero y totalmente espectacular.
¿Lo recomiendo?
Sin duda. Buena comida, lugar agradable y buen precio. Creo recordar que las dos cenamos por treinta y algo euros.

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