Los rosales son una de las plantas más comunes en terrazas y jardines y es que sus flores embellecen cualquier rincón. Las rosas son, sin duda, las flores favoritas en centros y ramos.
- Tomar el sol.
Los rosales deben tener luz solar 6 horas al día mínimo. Incluso las variedades que prefieren la sombra necesitan al menos 4 horas de sol.
- Un buen suelo. Los rosales prefieren los suelos ácidos y ricos en arcilla y limo. Con este sustrato, la planta crecerá fuerte y sin problemas de salud.
- Aire si, pero nada de viento. Búscales un lugar aireado pero sin corrientes.
- Antes de plantarlos, conviene dejarlos durante toda una noche dentro de un cubo con agua.
- Contra las heladas, lo mejor es acolchar el suelo con hojas secas para proteger las raíces.
- Humedad. La tierra debe mantener siempre cierta humedad y el suelo un buen drenaje, Los rosales son muy sensibles a los encharcamientos, que perjudican gravemente a sus raíces.
- No hay que mojar. las hojas, para evitar que aparezcan hongos. Al regar dirigirse siempre a la tierra.
- El abono especial. Es muy importante para la salud del rosal y tanto la carencia como el exceso pueden hacer a la planta vulnerable a plagas y otras enfermedades. los abonos químicos son una buena opción, aunque lo mejor es el estiércol, que además protege las raíces del frío.
La mejor variedad de rosales, de grandes rosas o las rosas más perfumadas, podrás encontrar en:
- Retira las flores marchitas de la planta para que dejen espacio a las nuevas.
- ¿Más flores? Se consiguen con una buena poda. Se realiza en invierno y hasta marzo. Corta con unas tijeras bien afiladas dando cortes sesgados hacia adentro.
- Tras la poda, es importante lavar bien las tijeras antes de utilizarlas con otro ejemplar, para evitar contagios.
- Espacio, por favor. No conviene plantar los rosales muy juntos, no cerca de un muro. necesitan bastante espacio para desarrollarse y florecer mejor.
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