domingo, 15 de junio de 2014

El gato descubre su nueva familia.

   Aprende a protegerlo.

   Ahora es usted el único responsable de la seguridad de su gatito. Ha tomado el relevo de su madre y del criador, y será a usted a quien acuda al gatito en busca de confianza y protección. Protégele, su crecimiento y su equilibrio dependerá de la atención que le preste.


   LOS NIÑOS.

   Los niños tienden a mimar excesivamente al recién llegado, a mostrarse excitados, a tocarle y a tirarle del rabo. Un gato adulto sabe evitar a los niños perfectamente cuando quiere que le dejan tranquilo, pero un gatito no. Debe explicar a sus hijos que el gato no es un juguete, que necesita dormir muchas horas y que está absolutamente prohibido despertarlo para acariciarlo. Al principio es hasta recomendable que prohiba a sus hijos jugar con el gatito cuando usted no esté presente, evitando así algún arañazo no intencionado.

   Los gestos adecuados.

   Cuando manipule a su gatito hágalo con precaución. Cualquier gesto brusco o violento puede aterrorizarlo.

   Para cogerlo, lo mejor es deslizar la palma de la mano bien abierta bajo su abdomen sujetándolo con la otra mano por los cuartos traseros, en el caso de las razas más grandes.

  Para mostrarle su autoridad, no le hará ningún daño agarrándolo por la piel del cuello, como haría su madre para transportarlo.


  GESTOS INADECUADOS.

- Tirarle del rabo.
- Cogerlo por la cabeza.
- Deslizar ambas manos bajo las patas delanteras.


   Otros animales de la casa.

   Es importante hacer las presentaciones cuanto antes para prevenir la correcta integración del gatito. Es inútil tratar de habituarlo a los roedores o a los pájaros, la cohabitación en esta caso es prácticamente imposible. Con el resto de animales, las presentaciones deben hacerse de forma vigilada y progresiva. Una integración incorrecta, que dé pie al desarrollo de un sentimiento de frustación o celos, puede provocar la huida temporal del hogar del animal más veterano.


   Un perro.
   Paradógicamente, un perro sociable aceptará fácilmente al gatito. Algunos perros ancianos pueden mostrarse menos tolerantes, pero un ligero arañazo de su gato bastará para frenar rápidamente su agresividad y la integración se realizará, por lo general, de forma rápida y sin problemas.

  Otro gato.
  La tarea puede resultar más complicada. Un gato adulto no aprecia en absoluto la llegada de un cachorro a su territorio. Manifestará su descontento con actitudes amenazantes, ya que no tolera que sus costumbres varíen. La aceptación total puede requerir varios meses.


   Durante la presentación no tolere ninguna actitud agresiva. Efectúela en terreno neutral, durante el juego o la comida. Repita la operación hasta que los gatos soporten su presencia mutua y empiecen a compartir. Se instaurará, entonces, una relación jerárquica entre ambos gatos, jerarquía que toda la familia deberá respetar estrictamente.


LAS ACTITUDES ADECUADAS.

   - Mantenga los privilegios del antiguo ocupante (gato o perro) durante los primeros días.
   - Tranquilícelo con relación a su territorio íntimo.
   - Aísle al gatito para que vaya familiarizándose progresivamente con la casa y evite que se esconda debajo de los muebles.
   - Impregne un trapo con las secreciones faciales del gatito y frote con ellas la parte inferior de las paredes para que el antiguo ocupante de la cada se habitúe al olor del gatito.

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