Los ancestros del gato moderno vivían en lugares desérticos y se habían adaptado a beber poco y a conseguir agua a través sus presas. Pero hoy las cosas son diferentes. La mayoría de gatos domésticos se alimentan de pienso y este no contiene la cantidad de líquidos suficientes… ¡Así que tendrás que echarle una mano a tu mascota para que no se le olvide beber! Esto es especialmente importante si tiene problemas de las vías urinarias o en los riñones.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar escoge bien el bebedero. Los hay de muchos tipos: de cerámica, de plástico, de metal… Y aunque los gatos se pueden adaptar a todos ellos, ten en cuenta que algunos pueden desprender olores desagradables y es mejor evitarlos. Por esa misma razón es importante que mantengas el bebedero alejado del comedero. Si algo de comida cayera en el agua, puede que tu gato pierda las ganas de beber. Puedes hacer una prueba para averiguar cuál es el que más le gusta: deja diferentes bebederos y mide la cantidad de agua que bebe de cada uno de ellos... Eso sí, a la mayoría de gatos le gusta que haya agua a rebosar.
Además de escoger el bebedero adecuado, es importante que lo mantengas alejado del comedero. Si algo de comida cayera en el agua, puede que tu gato pierda las ganas de beber.
Habrás visto también que hay bebederos elevados. Si te planteas escogerlos, piensa que la mayoría de gatos prefiere beber a nivel del suelo, adoptando una postura parecida a la que utilizan los gatos salvajes cuando tienen que beber de estanques o ríos.
Si tu gato es de los que pide que le abras el grifo, una buena opción puede ser comprar una fuente para gatos. Se llena el depósito de agua, se enciende el motor y el agua empieza a circular dentro de un circuito cerrado creando una cascada irresistible para muchos gatos.
Si tienes más de un gato en casa, es conveniente que coloques varios bebederos y, si tienes un perro también, mejor colocar un bebedero para el gato a una altura a la que el perro no pueda llegar. Un truco: colocar varios bebederos en lugares tranquilos y alejados tanto de la comida como de la bandeja de arena estimula al gato a beber más.
Pero no es solo cuestión de bebedero, la temperatura del agua también cuenta: los gatos no suelen beber agua tibia o caliente. La prefieren bien fría. En verano, un bebedero que no esté a pleno sol y algún cubito de hielo pueden dar al agua la temperatura ideal.
Con respecto al tipo de agua cada gato es diferente: algunos prefieren agua de grifo, otros agua embotellada, pero también hay los que se decantan por el agua de las peceras, de los platos debajo de las macetas, el agua de la lluvia, etc. Haz pruebas para ver cuál le gusta más y, sobre todo, asegúrate que tu gato tenga siempre acceso al bebedero. Lávalo y llénalo cada día. Así tendrá agua de calidad y además, podrás controlar si bebe más o menos de lo normal. Como siempre, te recomendamos que consultes con tu veterinario cualquier cambio que observes en sus hábitos.
gracias me encantan los gatitos
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