sábado, 6 de junio de 2015

Consejos para cuidar de tu gato en verano.

El verano suele ser la época favorita de nuestros gatos, ya que adoran el calor. Sin embargo, para esta época te damos unos consejos.





Golpe de calor

No es habitual que les pase a los gatos, pero por su gravedad empezamos con el riesgo que tiene de sufrir una elevación repentina de su temperatura corporal, lo que puede colapsar todo su metabolismo y producirle la muerte. Esto solo se produce en situaciones extremas o con la unión de varias circunstancias, por lo que debemos ser extremadamente prudentes durante esta época.
Así, el gato nunca puede quedarse sin vigilancia dentro de un espacio cerrado que sea susceptible de acumular calor desmesuradamente, por ejemplo, el interior de un vehículo o de una terraza acristalada, aunque esté a la sombra, pero muy especialmente cuando les da el sol de lleno.
Por supuesto, si tuviéramos la mala suerte de que nuestro gato sufriera un golpe de calor, hay que intentar por todos los medios bajar la temperatura de su cuerpo, pero sin sumergirlo en agua muy fría porque podría sufrir un colapso, y una vez recuperado llevarlo al veterinario para que valore si ha quedado alguna secuela.


Vacaciones

Los propietarios de gatos siempre valoramos qué es más adecuado para él durante nuestro viaje vacacional: si llevárnoslo, dejarlo en casa o alojarlo en una residencia.
Si decides llevártelo, el siguiente paso es elegir el medio de transporte, ya que cada uno requiere un manejo distinto del animal. Independientemente del tipo de transporte elegido, para viajar debemos llevar la documentación sanitaria del gato y estar seguros de que no supondrá una molestia para las demás personas.

  • Coche. En España preferimos este medio de transporte para nuestras vacaciones y la Dirección General de Tráfico ha impuesto una normativa en cuanto al modo de llevar a nuestras mascotas. Los gatos deben ir alojados en un transportín y colocado, preferentemente, en el suelo, detrás del asiento delantero.

  • Autobús. Este es otro método de transporte muy utilizado en nuestro país, pero no todas las compañías aceptan el traslado de mascotas. Cuando localicemos una compañía que las acepte, debemos conocer también el tipo de zona que se habilita en el vehículo, la duración del viaje y los períodos de descanso para poder organizar todo lo que hará falta.

  • Tren. En España, RENFE tiene estipuladas las normas de transporte de animales, así como las tarifas, que varían según la distancia y el tamaño del perro. Por ello, consulta con ellos todos los detalles.

  • Avión. La mayoría de las compañías de transporte aéreo admiten mascotas en la bodega sin límite de peso, pero en la cabina imponen un peso máximo. Como cada una puede establecer las exigencias que estime oportunas, debemos consultar con cada compañía para poder viajar con nuestro gato en avión.

  • Barco. La única diferencia de viajar con nuestro gato en barco respecto al avión es que algunas compañías permiten pasear con él en algunas zonas de la cubierta durante el trayecto, pero, en honor a la verdad, no lo recomendamos en caso del gato porque le añadiremos más estrés.



Viajes

Obviamente, antes de emprender un viaje debemos prepararlo todo con antelación: cuestiones sanitarias en el destino, control de sucartilla sanitaria, su alimentación y, por supuesto, la máxima comodidad en el traslado.

Os recomendamos consultar con el veterinario si la zona a la que os desplazáis requiere alguna vacunación especial o documentación adicional a la reglamentaria en vuestra zona de residencia. Asimismo, para los viajes al extranjero pero dentro de la Unión Europea, hay que solicitar al veterinario un pasaporte sanitario especial.

Debemos asegurarnos de que la “maleta felina” lleva todo lo necesario: el bebedero, el comedero, el cepillo, el cortaúñas y los juguetes, así como sus documentos y su cartilla de vacunación con el número de microchip que lo identifique.

Es importantísimo no olvidar su alimentación habitual, ya que los cambios bruscos pueden producir trastornos digestivos. Sin embargo, para viajes que duren menos de diez horas, es mejor no darles alimento hasta que llegar a nuestro destino y mejor si está en ayuno diez horas antes del viaje. Esto evita vómitos y reduce los mareos.

Como los viajes suponen mucho estrés para los gatos, se puede solicitar al veterinario un sedante ligero, pero también la alimentación te puede ayudar a paliar ese estrés.


En casa

Debido a los numerosos inconvenientes que tiene viajar con el gato, la mayoría de los propietarios que tenemos personas de confianzapreferimos dejarlo en casa durante las vacaciones y que lo supervisen periódicamente.

En este caso debemos dejar al cuidador las pautas lo más claras posible: que el gato no salga de casa cuanto la persona entra, dejarle cantidad de alimento suficiente para que no tenga que comprar durante nuestra ausencia, indicarle cuál es la ración que debe administrar (aunque sea llenar varios recipientes si solo pasará un par de veces por semana), que no permita el acceso del gato a las ventanas si las abre para ventilar, que no le falte el agua y, si es posible, que mantenga limpia la arena higiénica.

También es más que adecuado dejarle el teléfono de un veterinario por si hiciera falta.


Caídas al vacío

Son tan habituales que los veterinarios hablan del “síndrome del paracaidista” y se producen porque los gatos se precipitan al vacío desde gran altura.

Normalmente se trata de gatos que viven es pisos altos y que se caen por las ventanas cuando sus dueños las dejan abiertas, por lo que es mejor poner algún artilugio que impida su caída y nos permita tener la ventana abierta.

La gravedad potencial de este tipo de percance depende de muchos factores, desde la mayor o menor altura hasta el tipo de pavimento donde cae. Por ello, pueden salir ilesos o, lo más terrible, morir por el impacto.

Otro de los riesgos de la caída es que tras el daño pueda buscar refugio y no seamos capaces de localizarlo, por lo que finalmente no recibiría nuestra ayuda.


Insectos

El instinto cazador de nuestros gatos y la presencia de gran número de especies de “bichos” estacionales hacen que durante el verano debamos prestar mucha atención a la posibilidad de que nuestro gato acabe con una picadura de avispa o de otro insecto venenoso.

Esto puede no parecer relevante, pero en caso de que el animal tuviera una reacción alérgica, podría incluso poner en riesgo su vida.


Pelo

La muda ya estará prácticamente concluida en estas fechas, pero valora con tu veterinario si sería adecuado aportar un alimento que ayude a eliminar las bolas de pelo.
En cualquier caso, debes continuar con las rutinas relacionadas con el cepillado, ya que el pelo no para de caer y todo el que quede en el cepillo no acaba en su tracto digestivo.

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